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EL TOMATE

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21 de junio de 2019

Cuento
Escrito Por Xiomara García valencia

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Todas las noches, cuando la tienda de dulces del barrio la Esneda atiende a sus últimos clientes y cierra, los víveres de las estanterías cobran vida, y se divierten entonando hermosas melodías. Pero, un día cualquiera durante su actividad habitual, se dan cuenta que algo está fallando. Sin embargo, no se percatan de que es lo que está sucediendo, pues los sonidos no llevaban el ritmo de siempre. En un rincón de la tienda se encontraba un tomate triste y afligido, inconsolable lloraba por sentirse impedido para cantar con sus compañeros. Durante el día el tomate tuvo un pequeño accidente debido a que, un cliente de la tienda que llevaba algo de prisa, lo tomo muy fuerte y lo exprimió dejándolo mal herido.


Así pasaron los días y el tomate estaba cada vez más refundido en su tristeza. Así mismo los otros alimentos confundidos por su deficiencia los llevó a investigar que sucedía. Y como era de esperarse se dan cuenta de que falta una voz, pues, el director Cebolla de la melodía llama a cada uno de los productos y el tomate no responde hasta un tercer llamado, pasados un par de minutos el tomate se atreve a salir desde el rinconcito donde se hallaba desahogando su dolor:


- El director cebolla dice: Señor tomate, ¿Dónde has estado estos días? Las melodías no
suenan igual sin ti.
- El tomate responde: Me he distanciado porque mi voz ya no es igual.
- Director cebolla: Pero, tú sabes que ante cualquier dificultad estaremos para ayudarte.
- Tomate: Muchas gracias, la verdad si necesito ayuda para recuperar mi voz.


En vista de esta situación sus amigos las verduras, los dulces, y todos los productos de la tienda quisieron apoyar a su amigo el tomate y se pusieron en marcha a enseñarle todas las técnicas que conocían para lograr que su compañero recuperara su linda voz. Por otro lado, le brindaron los medicamentos necesarios para que no sintiera molestia alguna.
Efectivamente lograron que el tomate se sintiera a gusto con su voz para encajar nuevamente en la composición, dejando su aflicción atrás. El tomate continuó gozando de su talento al lado de sus verdaderos amigos.

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